MEIGAS
La
constancia más antigua de la existencia de la magia en Galicia
es de finales del siglo XIII, cuando un sínodo que se
reunia en Santiago de Compostela prohibió a las
clérigos ser adivinos, augures, sortílegos y encantadores, bajo
pena de excomunión.
El el
siglo XVI se menciona le existencia de mujeres hechiceras, que
hacían maleficios contra los hombres, pero la palabra bruxa o
meiga no aparecían todavía en la documentación de la época.
El
tribunal de la Inquisición Española de Santiago de
Compostela, a mitad del siglo XVI se ocupó de los
hechiceros y hechiceras. Los primeros casos datan del 1565 cuando se
ocupo a un sastre que era un “invocador de demonios” y a
un ciego que se decía que llamaba a Belcebú. En un tercer
caso se menciona por primera vez a las brujas, cuando un campesino
acusado de invocar a Satanás y Barrabás
declaró que le habían llevado a un joven para curarlo y que eran
tres brujas las que le hacían el mal al muchacho.
Al resto
de casos que se ocupó el tribunal de Santiago a los acusados
de practicar magia se les llamaba hechiceros pero algunos de ellos
habían sido considerados brujos o brujas por el trato que mantenían
con el demonio, hasta en varias ocasiones eran ellas mismas quien
confesaban los pactos con los demonios y tener encuentros carnales
con ellos.
A
finales del siglo XVI y principios del XVII se empieza
a distinguir entre hechicera y bruja. El concepto de hechicera se
relaciona mas con la manipulación de hierbas, bendiciones, agua
bendita, conjuros… mientras que el de bruja va adquiriendo
características demoníacas como hacer el mal.
A partir
de 1612, dos años después del proceso de las Brujas
de Zugarramurdi en Logroño, el tribunal se dirigió más
contra las brujas que contra las hechiceras y es entonces cuando
aparece la palabra meiga para referise a la bruja maléfica
cuyo propósito es enmeigar, es decir, hacer el mal a personas
o animales.
En las
décadas siguientes la bruja-meiga reproduce los rasgos de la
idea de la bruja que predomina entonces en Europa Occidental y
que llega a Galicia a través de la brujería vasca.
Así aparecen todas las fantasías atribuidas a las Brujas de
Zugarramurdi, las cuales respetaban una jerarquía entre ellas,
reniegan de su fe, cumplen con el óscuo infame (sumisión por
el diablo), se casan con él que las marca como suyas, también se
creía que mataban a niños, se reunían las noches de San Juan….
Los
estudiosos diferencian entre la meiga y la bruxa en la
brujería gallega. La gente acude a la bruxa cuando piensa
que detrás de lo que sucede hay una voluntad oscura, perversa y
dañina que hay que identificarla para acabar con ella. La experta en
ese mundo no natural es la bruja , que no sólo puede
averiguar quién ha echado el mal de ojo o el hechizo maléfico sino
que tiene el poder de contrarrestarlo. Para combatirlo se sirve de
conjuros, recitaciones e invocaciones a poderes ocultos. Aquí reside
la ambigüedad moral que define siempre a la bruja, ya
que al conocer este mundo también lo podría utilizar para hacer el
mal, que es precisamente lo que la diferencia de la meiga.
La meiga
es la bruja satánica cuyo cometido es causar el mal en virtud
del pacto que tiene con el demonio. Se cree que la meiga es
mala o dañina y dominadora. Se intuyo que su poder viene del
demonio. Sus dos notas distintivas son que envidian y echan mal de
ojo, no sólo a las personas sino a sus pertenencias.
Se dice
que hay un gran número de meigas, cada una con diferentes
poderes:
- Meiga
chuchonas: Son las más peligrosas, y se presentan con distintas
caras o transformadas en vampiros e insectos. Chupan la sangre a los
niños y les roban la grasa corporal para elaborar ungüentos o
pociones.
-
Asumcordas o brujas callejeras: espías de la gente
y vigilantes de las casas.
-
Marimanta: es la meiga del saco, roba niños y los hace
desaparecer.
-
Feiticeira ( hecichera): viven cerca de los ríos, aunque son
ancianas su aspecto no asusta, posee una voz muy bella y con sus
cantos hipnotizan a los chicos que se acercan al río para después
ahogarlos.
-
Lavandeira: estas sorprenden al caminante que pasa por un
lavadero, pidiéndole que la ayude a escurrir las prendas, llenas de
sangre a consecuencia de un mal parto. La persona ha de tener cuidado
de torcer la ropa en el mismo sentido que ella, por lo contrario, la
desgracia caerá sobre su casa.
-
Lobismuller (mujer loba): nacen en Nochebuena o Viernes
Santo y serán la séptima o novena de una familia donde todas
las hermanas son mujeres.
-
Vedoira: son bonitas y agradables. Poseen facultades
adivinatorias y son expertas con el contacto
con el
más allá, para descubrir si un fallecido esta en el Cielo o
si aún pena en el Purgatorio.
-
Voladoira: Vuela y hace piruetas acrobáticas en el cielo.
-
Cartuxeira: son meigas echadoras de cartas las cuales siempre
aciertas.
-
Agoreira: estas envejecen prematuramente, pero viven durante
muchos años.
-
Dama de castro: estas viven bajo castros milenarios o bajo tierra
en u castillo de cristal. Llevan siempre un largo vestido blanco y
siempre atienden las solicitudes de la gente. Ya que gozan de
bienestar y fortuna no ayudan al a gente por dinero ni regalos, al
contrario, suele aparecerse a personas que están pasando una
situación difícil y les otorga sus favores.
Para
protegerse de una meiga y de sus hechizos, existen amuletos
que pueden colocarse en las casas o colgarse al cuello. Estos son
algunos de ellos:
-
Colocar una escoba del revés en la puerta de la entrada.
- Llevar
un diente de ajo o una castaña pilonga colgado del
cuello o unos cuernos de vacaloura ( un escarabajo).
- Buscar
garras de animales o dientes de lobo.
-Poseer
en forma de varitas o colgantes trozos de azabache, ámbar
o distintas piedras capaces de repeler el veneno o encantamientos.
-
Tradicionalmente se cree que saltando la cacharela de San
Juan tres veces se espanta a las meigas.
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