TULPA
Son una
construcción mental, un ser místico creado por la
imaginación y la voluntad, que adquiere una forma física. Es como
un fantasma o ectoplasma formado por un monje o otra
persona después de una larga meditación. No es una visión, es un
ser físico, capaz de transmitir olores y sonidos. Puede tomar la
forma que quiera, humana, animal, paisaje…
Para
crear un tulpa es necesario tener una mente muy
disciplinada y aislada y conocer ciertos rituales que permitan
materializar las ondas mentales. No obstante, en otras culturas, a
diferencia del espiritismo occidental, las sesiones durante las
cuales nacen los tulpas pueden realizarse a plena luz del sol
y sin necesidad de la presencia de un médium. Según la creencia, al
crearlo este ser, se hace visible a otras personas llegando a
adquirir voluntad propia.
Por lo
general, estas proyecciones mentales tienen una vida corta, se suelen
deteriorar inmediatamente después de ser creadas. Sin embargo, si el
pensamiento es particularmente intenso, producto de una pasión o un
temor profundos, o si hubiera sido objeto de una prolongada
meditación, la onda de pensamiento transformaría la materia mental
en una forma más duradera.
El ente
va aumentando su poder conforme más
gente crea en él. Una vez
empiezan a existir por su propia voluntad, dejándolos de controlar
quienes los crearon, se supone que dejan de ser imaginarios y ya no
son tan fáciles de controlar o eliminar.
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